Escuchaba música sentada en el sofá mientras hablaba por el Tuenti con sus amigos.
Escribió: -Pero ¡qué estrafalaria! ¿Dónde vas con eso puesto?
-No te lo crees ni tú. ¡Ni tú! ¡Amos, amos..., eso es mentira. Le respondió Ceferino
Después de mil años de penumbra y torturas, acabó en el País de las Maravillas jugando con la baraja de cartas de la Reina, mientras se tomaba un Nestea que guardaba en el bolsillo.